Àlex Palou es historia del automovilismo, como lo fue Carlos Sainz con su bicampeonato mundial de rallies (1990, 1992) y como Fernando Alonso con sus dos títulos de F1 (2005, 2006). El piloto de Sant Antoni de Vilamajor (Barcelona), de 28 años, es el nuevo rey de Estados Unidos, el merecido campeón de las 500 Millas de Indianápolis, una de las carreras más legendarias.
El chaval que emigró a Japón para poder competir, que hizo las Américas para triunfar, lo ha vuelto a hacer. Conquistó tres veces la Indycar, las series estadounidenses de bólidos, rozó las 500 Millas en el 2021, y en su sexta participación se ha hecho con el preciado trofeo Borg-Warner, de plata esterlina, que todavía le faltaba en la vitrina.
No me lo puedo creer, ha sido una carrera increíble. Estoy muy cansado, pero ha sido impresionante. Es increíble estar aquí y ganar. Qué mejor manera de ganar por primera vez en un oval que aquí”
“No me lo puedo creer, ha sido una carrera increíble. Estoy muy cansado, pero ha sido impresionante. Es increíble estar aquí y ganar. Qué mejor manera de ganar por primera vez en un oval que aquí. Íbamos tercero y cuarto en el grupo y el consumo era demasiado elevado”, decía Palou, que conjugaba la fatiga con el éxtasis nada más bajarse de su bólido del Chip Ganassi.
“Es una sensación increíble. Es la mejor leche que he probado en mi vida”, decía después de dar un trago de leche entera, como establece la tradición del campeón de la Indy500, y antes de abrazarse a su hija pequeña y a su mujer, a sus padres y a su hermana, que cruzaron el Atlántico para apoyarlo.
Palou (28) llegaba a sus sextas 500 Millas con la moral por las nubes como líder sólido de la Indycar con cuatro victorias en cinco carreras, algo inédito, pero se le resistía la victoria en los circuitos ovales. El Indianapolis Motor Speedway ya lo conocía de sobras, en la ciudad en la que reside, la capital de Indiana. Salía en la sexta posición, un buen punto de arranque, y aunque le había faltado velocidad en la Fast Nine, confiaba en su buen ritmo de carrera, algo esencial en la mítica carrera en el oval.
Evitó los problemas, salvó los percances, como sufrió Alexander Rossi o Marco Andretti. En la vuelta 88 de las 200 al oval era líder virtual, se estableció entre los cuatro primeros junto a Hunter-Reay, Daly, Malukas y Pato O’Ward. Y a falta de 25 vueltas, la 175, dio el paso decisivo al adelantar a Malukas con el rebufo para presentar su firme candidatura a la victoria. Se la jugó finalmente con Marcus Ericsson, el sueco expiloto de F-1, la competición a la que renunció Àlex. A falta de 22 vueltas adelantó al nórdico, y ya entonces sí se lanzó a por la victoria, con un ritmo altísimo, inalcanzable para el sueco y para Malukas, tercero.
Vida de sacrificio
Palou renunció a la F-1, prefirió abrirse camino en Japón con 19 años y emigrar luego a Estados Unidos a triunfar en la Indycar
El triunfo histórico de Palou es el de la perseverancia unida al talento, el fruto del sacrificio, de vivir lejos de su familia de Sant Antoni de Vilamajor. Primero, para emigrar a Japón con solo 19 años para abrirse camino en la F-3 japonesa (fue 3.º) y la SuperFórmula Nippon (3.º) y el SuperGT (15.º). Allí estableció una buena relación con Honda que le abrió las puertas de América. “Correr en Japón no es el camino normal, pero era el único que tenía y me ha permitido entrar en la Indy”, explicaba a La Vanguardia.

Palou da a su mujer y a su hija la leche de los campeones
En julio del 2019 hizo unos tests en Mid-Ohio con el equipo Dale Coyne “y los sorprendí”. Lo ficharon y a Austin emigró Palou para correr en la Indycar, viviendo solo en un apartamento, tras sortear una odisea burocrática con el visado, embajadas cerradas y vuelos cancelados por la pandemia de covid-19. “Pensaba que no llegaba a mi primera carrera”.
Solo dos temporadas y 30 carreras después, Palou reinaba en América por primera vez, en el 2021: era el 7.º campeón más joven de la historia con solo 24 años. El primer español campeón de la Indycar. Ese mismo año quedó segundo en sus segundas 500 Millas, tras liderar 35 vueltas.
No se paró ahí. Plenamente asentado en la competición estadounidense, ha logrado ya tres coronas en los últimos cuatro años (2021, 2023, 2024) que le refuerzan como uno de los mejores de la última década, y ahora lidera el campeonato 2025 con mano de hierro: cuatro victorias en las cinco carreras -una de ellas en el GP de Indianápolis-, dos poles, y con casi 100 puntos de ventaja. Ahora, con la Indy500 es más líder todavía.