En la reciente visita de Donald Trump a Abu Dabi hubo algunos elementos llamativos. Por primera vez, el Air Force One del presidente de Estados Unidos entró en o con un finger en vez de hacerlo con unas escaleras a pie de pista. La propia pasarela de embarque también estaba llena de mensajes. De cinco metros de ancho, tiene como objetivo deslumbrar a los visitantes que aterrizan en la terminal de personalidades al convertirse en un fastuoso pasillo con el que exhibir la riqueza del país. Sin embargo, falta algo por contar, quizá más sorprendente que todo lo anterior: este enorme finger ha sido fabricado en Asturias, en la planta del grupo TKE en Mieres.
TKE es la actual marca de la antigua ThyssenKrupp. El grupo tiene sede en Alemania, pero una de sus unidades globales, TK Airport Solutions, está radicada en la antigua ciudad minera asturiana. Su consejero delegado, Ignacio Medina, dirige las tres fábricas mundiales dedicadas a producir pasarelas de aeropuertos. Están ubicadas en Estados Unidos, China y España, aunque la tercera es la que concentra más empleo, capacidad y puestos de alta responsabilidad. En Mieres no solo hay operarios, sino departamentos internacionales de finanzas e ingeniería.
TKE Airport Solutions tiene 1.200 empleados, la mitad en España
“Es un orgullo para mi comunidad autónoma, que en ocasiones aparece a la cola para otras cosas”, afirma Medina al presentar la fábrica de la que cada año salen más de un centenar de fingers de avión. Los hay acristalados, opacos, a medida y de diseño. TKE ya ha instalado unas 5.500 pasarelas en todo el mundo y solo hay una empresa en China y otra en Estados Unidos que le hagan competencia en los grandes aeropuertos. De sus 1.200 empleados, la mitad está en España, y, de ellos, unos 350 en Asturias. Es una muestra de que la región sigue contando con empresas punteras pese al riesgo de desindustrialización.
Medina pone énfasis en la innovación con la que TKE está revolucionando el mercado. Las nuevas “pasarelas inteligentes” pueden dirigirse desde un centro de control remoto e incluso, si lo desea el cliente, automatizarse por completo. Eso aligera los tiempos de operación de los aeropuertos. Pone como ejemplo las paradas en boxes de la Fórmula 1: “Si antes se hacían en ocho segundos, ahora se ha reducido a tres”. Lo habitual es que un operario de estas pasarelas llegue a recorrer hasta trece kilómetros al día y complete unas seis operaciones. Con esta solución, desde una silla puede realizar 30 de ellas. Medina reconoce que la innovación tecnológica supone la destrucción de empleo, pero cree que se pueden desarrollar perfiles más tecnificados y buscar recolocaciones.

Ignacio Medina, consejero delegado de TKE Airport Solutions
Por primera vez, un gran aeropuerto, el de Barajas, ha adoptado esta tecnología en sus 164 pasarelas. “Madrid se ha convertido en el primer aeropuerto con todas sus pasarelas en remoto”, afirma el consejero delegado de TK Airport Solutions. Esta transformación ha llamado ya la atención de medio centenar de gestores aeroportuarios y aerolíneas interesados en implantarla para ganar eficiencia. TK se encuentra fabricando pasarelas para los aeropuertos de Dallas, Gatwick y Heathrow. Sus productos están en los mayores aeródromos del mundo.
Con el nuevo sistema de control remoto, un operario pasa de hacer seis embarques al día a cerca de treinta
La innovación, conocida como MAX, ha sido desarrollada por ingenieros asturianos y completa una trayectoria de casi 25 años de la multinacional alemana en España. En 1991 se produjo el primer finger en Mieres, y fue hace seis años, en el 2019, cuando se presentó la versión automatizada en una feria aeronáutica de Munich.
Madrid sirve de escaparate para las nuevas pasarelas por control remoto, pero cuándo llegarán a El Prat. “Aena tiene que sacar los expedientes para nuevos aeropuertos, e imagino que el siguiente sería el de Barcelona”, asegura Medina. “Aena ha sido el gestor de aeropuertos más valiente al desplegar esta tecnología española y creo que con ella no tendremos competidores en todo el mundo”, destaca.
La multinacional TKE no desglosa los ingresos de su filial de soluciones aeroportuarias. En conjunto, factura unos 9.300 millones de euros al año y da empleo a más de 50.000 personas.