Una fumata negra, esperada y veloz. Era relativamente previsible que tampoco en la segunda ni en la tercera votación ningún candidato alcanzara los 89 votos necesarios para ser elegido papa. Tras los dos escrutinios de la mañana, los cardenales almorzarán y, probablemente, alrededor de la mesa buscarán estrategias para desbloquear el estancamiento.
Lo único claro es que el gran favorito, Pietro Parolin, no ha logrado convencer a todos. Para muchos, esta fumata negra podría ser una señal preocupante para su candidatura. Y, de hecho, en estas horas, sus adversarios dentro de la Curia romana han empezado a respirar aliviados. Pero es demasiado pronto.

Segunda jornada de cónclave y segunda fumata negra (Christopher Furlong / Getty)
Ya comienzan a circular nuevos nombres y ganan enteros los filipinos Luis Antonio Tagle y Pablo Virgilio Siongco David
Por ello, ya comienzan a circular nuevos nombres. Entre ellos, el del cardenal filipino Luis Antonio Tagle, conocido como el “Francisco asiático” por su cercanía a los pobres y su estilo pastoral, y su compatriota Pablo Virgilio Siongco David, arzobispo de Kalookan y presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, apreciado por su compromiso social y su sensibilidad hacia las periferias.
Si esta tarde el humo que salga de la chimenea volviera a ser negro, el cónclave entraría en un terreno nuevo, donde podría ganar fuerza la candidatura del estadounidense Robert Francis Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos. De origen latino y con una larga experiencia misionera en Perú, Prevost es visto como una figura moderada: no es trumpista, pero tampoco se cuenta entre los críticos más radicales de la actual istración de Washington.