Las imágenes que han salido a la luz gracias a las entidades de protección animal y medioambiental ARDE y Satya Animal corresponden a una investigación que tuvo lugar en abril de 2025 en una granja avícola, formada por 7 naves con 136.000 gallinas y un estercolero de 5000 metros cuadrados. La explotación ganadera es la mayor de las Islas Baleares por número de animales y extensión y se ubica en Llucmajor, Mallorca. El lugar presenta una importante falta de higiene, con telarañas y una mezcla de polvo, tierra y plumas. Las gallinas vivas conviven con decenas de cadáveres en diferentes estados de descomposición, algunos canibalizados; así como ratas e incluso erizos. Las organizaciones han denunciado estos hechos ante la Fiscalía de Medioambiente de Baleares por presuntos delitos contra la salud pública. Alertan de que la presencia de otras especies animales en la granja implica riesgo zoonótico de transmisión de enfermedades a humanos como la leptospirosis o salmonella. El informante anónimo expresó a la ONG: “Nada más dar un paso, había ratas corriendo para arriba y abajo de las estructuras. Vi un cadáver y distinguí que era una rata únicamente por la cola”. Se observaron extintores caducados y fuera de las naves, contenedores con cadáveres en estado de putrefacción repletos de gusanos.
Julia Elizalde, portavoz de ARDE, afirma: “esta granja podría estar incurriendo a su vez en un delito de estafa. Hemos enviado a Fiscalía imágenes que demuestran cómo las gallinas camperas no salen al exterior durante 6 días, las puertas de la nave permanecen cerradas. El consumidor paga más por este tipo de huevos pensando que las gallinas tienen al aire libre, pero esta expectativa no se cumple”. El Reglamento 2023/2465 de la Comisión Europea estipula que las gallinas camperas deben poder acceder de forma ininterrumpida y durante todo el día a un espacio al aire libre.

Ratas en la granja de Mallorca
En Estados Unidos, la empresa avícola Alderfer Egg Farms fue denunciada por publicidad engañosa, tras demostrarse que sus gallinas camperas no tenían al exterior. La empresa ha acordado pagar 287.500 dólares para poner fin al proceso judicial. Según la OCU, un huevo campero cuesta de media un 35% más que un huevo de gallinas criadas en suelo. La motivación para vender huevos camperos aunque no se cumplan las condiciones para ello podría ser económica.
2024
Una denuncia anterior
La explotación avícola fue sancionada en 2024 con 150.000 euros de multa por ejercer su actividad sin la preceptiva autorización ambiental integrada desde 2017 y por un incorrecto manejo de los excrementos. Sin embargo, en ese periodo la granja recibió una ayuda económica proveniente del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) de al menos 381.777 euros para la construcción de un centro de clasificación de huevos. En la actualidad, continúa funcionando de forma ilegal ya que no dispone de dicho trámite obligatorio, por lo que la Consejería de Agricultura de Baleares dio traslado a Fiscalía y dictó medidas cautelares.
Esta granja podría estar incurriendo a su vez en un delito de estafa
Además, la granja mallorquina vende sus huevos a algunos de los mayores supermercados y dispone del sello de bienestar animal Welfair, de origen catalán. Se trata de un sello independiente que busca garantizar el bienestar de los animales destinados a consumo. Marina Sánchez, presidenta de la asociación mallorquina Satya Animal: “Es alarmante que esta granja tenga el sello de bienestar animal, cuando desde el punto de vista istrativo su actividad es ilegal y penalmente podría estar incurriendo en varios delitos. De este modo, el certificado se convierte en una mera herramienta de marketing. Los consumidores son engañados, creyendo apoyar el bienestar cuando en realidad están financiando la explotación y el sufrimiento animal en una granja en situación totalmente irregular.”.

Gallinas en pésimas condiciones
La empresa avícola ya levantó la polémica en verano de 2024, cuando propuso construir la mayor granja de España en la isla de Mallorca, con una capacidad de 739.000 gallinas. Los ayuntamientos involucrados se opusieron junto a entidades de la sociedad civil. El debate se dio por concluido en enero de 2025, cuando el Govern balear aprobó el Decreto 1/2025, que prohíbe las explotaciones avícolas de más de 160.000 animales en las Islas.
Plagas de insectos
Vecinos afectados por la granja
Más de 9000 vecinos se han visto afectados por la granja y denuncian plagas de moscas, olores y problemas de salud como afecciones respiratorias, migrañas y vómitos. Natalia García, vecina de una urbanización de Llucmajor, explica cómo es vivir a menos de un kilómetro de la granja: “Olores, moscas, dolor de cabeza… Te produce malestar anímico, te limita mucho la convivencia con tus vecinos o con tu familia porque no puedes hacer vida normal en tu casa. En verano estamos encerrados para evitar respirar aire contaminado”. Xisco Amaya, otro vecino afectado, se suma a estas quejas: “cuando no hay una atmósfera nauseabunda con amoniaco, está todo lleno de moscas. No hemos podido invitar a ningún amigo a casa”. A finales de 2024, las asociaciones vecinales documentaron un vertido de centenares de gallinas en una zanja presuntamente cavada por la granja, actividad que incumpliría con la normativa en materia de gestión de residuos con riesgos biológicos.
Nada más dar un paso, había ratas corriendo para arriba y abajo de las estructuras
Las asociaciones vecinales y las entidades de protección medioambiental y animal exigen el cierre inmediato de la explotación avícola. “No me quiero ir de aquí, quiero que se termine esta pesadilla”, señala Amaya. Argumentan que la granja no es autorizable en base a la Ley 21/2013 de evaluación ambiental. Esta normativa señala la imposibilidad de otorgar el permiso ambiental a proyectos ya ejecutados que no se hayan sometido previamente al procedimiento de evaluación de impacto ambiental, por lo que la empresa debería cesar su actividad y comenzar de nuevo los trámites.