El amor, manifestación central de la vida, en compañía de su componente dinámico, el erotismo, se convierten así en los antirobots por excelencia. Su poder crece a medida que se los quiere encadenar, y así lo comprende Henry Miller que en un estallido de furor profético, proclama: "Hemos visto todos los mecanismos de destrucción, salvo el estallido de la sexualidad. Será el último cataclismo: el diluvio que barrerá los robots". Cuando se ha llegado a esa conclusión se ilumina la oscura de la existencia. Todo lo que merece el nombre de vida surge de un húmedo subteráneo, de su topinera, para enfrentar al sol. Los valores se subvierten. Esa existencia convencional y sin sentido, la única que se nos permitirá mirar a la cara, se convierte en polvo, y la vida que palpita, aquella en la comprometemos la totalidad de nuestro cuerpo y nuestra alma, adquiere sentido.
D. H. Lawrence
David Herbert Lawrence nació en 1885 en Eastwood, Inglaterra, cuarto hijo de un minero y de una maestra. A los dieciséis años dejó los estudios y empezó a trabajar en una fábrica; sin embargo, al poco, un brote de neumonía lo obligó a abandonar el trabajo y a dedicarse a la enseñanza. Entretanto reanudó los estudios y se graduó en la Universidad de Nottingham. En 1907, publicó su primer cuento, A Prelude to a Happy Christmas (firmado por su mejor amiga, Jessie Chambers), con el que ganó un concurso de relatos. Después de trasladarse a Londres, vio la luz, en 1910, su primera novela, El pavo blanco, y, al año siguiente, El intruso. La profunda huella que le dejó la muerte de su madre le inspiró su tercera y autobiográfica novela, Hijos y amantes, en la que describió su propia juventud y, al mismo tiempo, la condición de la clase obrera en la Inglaterra de principios del siglo xx. Tras los difíciles años de la Primera Guerra Mundial pasados a caballo entre Inglaterra y Alemania, emprendió largos viajes que lo llevaron a vivir en Italia, Australia, México y Estados Unidos; esta fue la etapa más prolífica de la carrera literaria de Lawrence. En su estancia en Florencia, en 1926, empezó a redactar su novela más famosa y controvertida, El amante de Lady Chatterley, de la que redactó tres versiones, la última de las cuales fue publicada de modo restringido en 1928 y se hizo famosa. La obra permaneció censurada por pornográfica en Inglaterra hasta el año 1960. La polémica que surgió a raíz de la primera publicación del libro llevó a su autor a escribir en 1929 A Propos of Lady Chatterley’s Lover (que en breve publicará Editorial Funambulista). Murió de tuberculosis en Francia en 1930.
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