En el camino de la vida, hay momentos en los que podemos sentirnos perdidos, como si hubiéramos extraviado el rumbo y necesitáramos un pequeño empujón para seguir adelante. Aunque el éxito sea una experiencia profundamente personal, puesto que cada uno tiene su propia definición de la palabra, hay personas que irradian una luz y una energía especial que, a ojos de los demás, las hace parecer indiscutiblemente exitosas.
Observar cómo actúan puede ser una herramienta valiosa para identificar esa pieza que quizá falta en nuestra actitud o en nuestras acciones, la cual es esencial para poner en marcha de nuevo nuestro engranaje interno, acelerar el proceso y acercarnos a ese objetivo tan anhelado que nos permita sentirnos plenos.
Ana Ibáñez, neurocientífica
Precisamente por esa búsqueda constante de éxito, la psicología, la sociología y centenares de expertos en coaching analizan a quienes aseguran haberlo alcanzado y detectan aquellas características que los diferencian del resto, y que parecen ser determinantes a la hora de triunfar en la vida. Así lo explica Ana Ibáñez, neurocientífica, ingeniera y conferenciante, que ha estudiado los cambios que podemos incorporar en nuestra mente para iniciar el proceso de transformarnos en la mejor versión de nosotros mismos.
Permítete jugar, permítete equivocarte, permítete tomarte no tan en serio
“Las personas que veo que cambian con éxito y pasándolo bien son personas que tienen dentro dos cosas: curiosidad y libertad”, explica Ibáñez en una entrevista concedida al pódcast KENSO de Productividad Personal. Según la experta, ese tipo de personas mantienen la necesidad o el deseo de dejarse sorprender, además de sentirse libres y permitirse jugar y equivocarse más que el resto. “Es muy importante no tomarse tan en serio a uno mismo, desde el punto de vista cerebral”, señala.
La neurocientífica advierte de que, a pesar de vivir en una época en la que el a la información es más amplio que nunca, debemos esforzarnos de manera constante por mantener el pensamiento crítico y no dejarnos influir por todo lo que vemos en redes sociales o en internet, ya que, debido a los algoritmos, toda esa información que nos llega está enfocada en reforzar nuestras propias creencias. “Nos muestran solo una parte de la realidad y perdemos libertad sin darnos cuenta. A mis hijas adolescentes siempre les digo que tienen que tener cuidado y hacer ese ejercicio de mirar más allá de lo que te llega”.
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Finalmente, Ibáñez lanza un mensaje de tranquilidad al recordar que toda esa información, bien utilizada, puede jugar a nuestro favor. Según la neurocientífica, nuestro cerebro va a adaptarse a lo digital y a la inteligencia artificial, pero siempre debemos tener claro hacia dónde queremos ir. Eso permitirá que, cuanto más entrenemos a nuestro cerebro, más capacitado estará para tomar mejores decisiones y evitar ser engañado en el camino hacia nuestros objetivos.
