No hace falta tener un objetivo físico para entrenar. Tampoco hay que justificarse por comer lo que a una le apetece. Ni esperar a que la ropa siente de una manera concreta para sentirse guapa. A veces, simplemente se trata de querer estar tranquila con el cuerpo que se habita.
Esa es la idea que defiende la psicóloga Elena Fernández desde su cuenta de Instagram, donde contesta comentarios que muchas personas reciben —o piensan— en su día a día.
Comentarios innecesarios
Cada cuerpo tiene su historia y sus propias razones
En una de sus publicaciones, por ejemplo, responde a esa frase repetida hasta la saciedad sobre los productos procesados, la fuerza de voluntad o las metas. Lo hace con una observación que deja claro cuál es su prioridad: “Tal vez solo quiera tener una relación sana con la comida y poder comer sin culpa”.
Esa forma de replantear el discurso se repite en otras situaciones cotidianas que ella también recoge en su perfil, como cuando se le dice que su entrenamiento no sirve si no busca resultados físicos visibles. Ante eso, deja claro qué busca al hacer deporte: “Solo quiero hacer algo que me aporte estabilidad, energía, paz y calma conmigo misma sin perseguir ningún ideal de cuerpo”.
La lógica que sigue Fernández no tiene que ver con dietas, planes de adelgazamiento ni transformación corporal. Se centra en la relación personal que cada persona mantiene con su cuerpo, y en la libertad de no tener que rendir cuentas a nadie por ello.
En uno de esos ejemplos habituales que comparte, responde a quienes opinan que una prenda “no le favorece”, con una frase que resume su postura frente a ese tipo de comentarios: “No pienso esperar para sentirme guapa, incluso si el resto cree que me queda mal”.
Todo su planteamiento parte de una idea muy concreta sobre el respeto individual, que también traslada en otro de sus mensajes más compartidos. Allí deja claro cuál es su posición ante los juicios sobre el cuerpo ajeno: “No juzgues el cuerpo y el proceso de los demás, no sabes por todo lo que han pasado”. Con ese planteamiento, Fernández intenta desmontar las críticas que muchas veces se disfrazan de consejos y devuelve el foco a lo importante: cuidarse sin tener que demostrar nada a nadie.