Si eres una de esas personas que no puede irse a dormir sin aumentar su racha de días en Duolingo, la aplicación de aprendizaje de idiomas tiene noticias para ti: se considera, a partir de ahora, una empresa con “la IA como prioridad”.
Según un email interno enviado por el cofundador y CEO de la empresa, Luis von Ahn —y replicado posteriormente en redes sociales— la empresa está en proceso de “repensar muchas de las maneras en las que trabaja”. Para ello, “dejarán de utilizar contratistas para tareas que pueda manejar la IA”. ¿A qué se refiere exactamente?
En principio, esto no tiene por qué significar que Duolingo vaya a despedir a la totalidad de sus empleados, sino que va a emplear la IA para agilizar procesos. Aun así, la empresa ite haber comenzado a usar esta tecnología en la creación del contenido que ofrece a los s a la hora de estudiar los idiomas.
Esto plantea una pregunta inevitable: ¿es posible utilizar la IA para aprender un lenguaje, sin o directo o indirecto con un profesor humano? Los expertos en la materia no lo tienen nada claro.

Duo, el búho de Duolingo.
Una batalla que viene de lejos
Duolingo contra los profesores de idiomas
Duolingo es una aplicación gratuita —aunque cuenta con varios modelos de suscripción que añaden funcionalidades— que surgió como un proyecto universitario que buscaba democratizar la enseñanza de idiomas. A día de hoy puede utilizarse para aprender hasta 40 diferentes: desde el inglés o italiano hasta el galés o el suajili. Su impacto es global: una de las pantallas de carga de la aplicación nos cuenta que “Duolingo es la aplicación más usada por refugiados para aprender el idioma del nuevo país en el que residen”.
En el día a día, el funcionamiento es simple: nos ofrece pequeños juegos y ejercicios que utilizan construcciones gramaticales y vocabulario sencillo para ir familiarizándonos poco a poco con ellas, y la complejidad va subiendo cuantas más lecciones hacemos. Hay distintos tipos de ejercicios: algunos se centran en escuchar y replicar la frase que oímos, otros nos piden unir conceptos o, en el caso de idiomas con grafías complejas, como el japonés, en aprender a dibujar todos sus caracteres. La aplicación, en gran medida gamificada, trata de mantener la atención del alumno y su compromiso con el estudio, retando a mantener una racha de la mayor cantidad de días consecutivos utilizándola.

Persona usando Duolingo.
Esto es algo que muchos s se toman muy en serio, según los propios datos de la compañía. Hay quienes llegan incluso a celebrar pequeñas fiestas para conmemorar rachas importantes. Pero ¿es un método de aprendizaje útil tal y como está contemplado?
Sandra Carrascosa, educadora y autora de la serie de libros para estudiar japonés, Watashi no Nihongo, lo ve claro: “Duolingo es un juego en el que se aprende de forma desordenada. Aunque, no niego que, cuando te gusta, es un plus de motivación que hace que quieras seguir aprendiendo. Mientras se complemente con una educación real, lo apoyo.”
Aprender idiomas es aprender también la experiencia de tu profesor
Pero, ¿qué sucederá ahora que Duolingo quiere poner a la IA al cargo de muchas de las tareas relacionadas con este aprendizaje? ¿Conseguirá mantenerse útil para sus s? Para Carrascosa, “aprender idiomas es aprender también la experiencia de tu profesor. Las personas que nos dedicamos a enseñar hemos probado nuestros métodos a lo largo de los años y vamos redireccionando nuestra forma de enseñar con la experiencia y según las necesidades del alumno. Por ejemplo, yo sé que, normalmente, las personas de ciertas zonas de España tienen unos problemas o beneficios en cuanto a pronunciación del japonés por nuestros acentos. Así que lo aplico y compruebo esas pronunciaciones en cuanto tengo estudiantes de esas zonas.”

Estudio de doblaje.
No se está puliendo el texto, se está retraduciendo, y por una tarifa más baja que la de un traductor
La falta de contraste de las fuentes es también un evidente problema a la hora de enseñar idiomas a través de Inteligencia Artificial. El contenido de los cursos o ejercicios que propone no está avalado por profesionales ni probado en alumnos reales, y eso dificulta medir su efectividad.
Con esta perspectiva de “poner a la IA en el frente”, Duolingo no hace sino replicar una situación que, en el mundo de la traducción, ya lleva siendo un problema desde hace un par de años. Muchas empresas han ido, poco a poco, eliminando a su plantilla o reduciendo costes utilizando sistemas de “postedición”. Es decir: el texto o guión se traduce utilizando la inteligencia artificial, y después, un trabajador humano repasa este texto para buscar posibles inconsistencias.
Andrea Peñalver, traductora audiovisual, explica que esta tarea puede ser, en ocasiones, igual de laboriosa que realizar una traducción desde cero, ya que la IA carece de la capacidad para analizar contextos o situaciones culturales que pueden encontrarse en estos textos. “No se trata solo de corregir alguna errata o hacer un cambio subjetivo de traducción; no se está puliendo el texto, se está retraduciendo, y por una tarifa más baja que la de un traductor.”

Duo, el búho de Duolingo, pasándolo francamente mal.
No creo que ninguna medida, acotación o ley sirva para que su uso sea enteramente ético
¿Existe, entonces, la posibilidad de implementar tecnología de Inteligencia Artificial en el ámbito de los idiomas sin incurrir en problemas de calidad y de ética? Todos los entrevistados coinciden en que las posibilidades son pequeñas: el lenguaje es, al fin y al cabo, una herramienta demasiado subjetiva en su uso como para poder automatizar sus procesos.
A este respecto, Peñalver es tajante: “no creo que ninguna medida, acotación o ley sirva para que su uso sea enteramente ético; incluso si algunos profesionales de la traducción (incluidos profesores) ya hayan entrado en el juego con la falacia de «esto no lo para nadie, así que hay que estar preparado para adaptarse a la nueva realidad».”