Fue en 1956 cuando el informático John McCarthy acuñó uno de los términos más buscados en la actualidad: Inteligencia Artificial (IA). En 1941, Isaac Asimov ya había establecido en sus libros las tres leyes de la robótica y, en 1951, se propuso el Test Turing, una prueba para determinar si una máquina podía tener un comportamiento similar al de un humano. Casi 70 años después, las preguntas continúan alrededor de esta tecnología y el incierto futuro al que se dirige.
Entre los numerosos científicos y expertos que han abordado la temática a lo largo de los años, ofreciendo sus diferentes perspectivas en áreas concretas, cobran ahora un especial protagonismo las palabras de Geoffrey Hinton, Premio Nobel de Física 2024: “La Inteligencia Artificial apunta a ser el reemplazo de los profesores de informática debido a su capacidad para enseñar”. ¿Qué implica esto para el ámbito de la enseñanza? ¿Hasta qué punto la IA tiene el potencial de cambiar la realidad que hoy conocemos?
Oportunidades y desafíos
La IA ofrece experiencias cada vez más personalizadas
Lejos de lo que pueda parecer, Hinton podría estar hablando de un futuro no tan distante. Especialmente, si tenemos en cuenta que Alan Turing y John McCarthy predijeron en su día cuestiones relacionadas con los asistentes virtuales de hoy, como ChatGPT. Considerado el ‘padrino de la IA’, el científico expone en un vídeo compartido por la cuenta de Instagram Artificial Intelligence que “en los próximos 10 años, los sistemas serán tan avanzados que, cuando un niño esté aprendiendo algo, la IA podrá detectar exactamente qué es lo que no entiende”.
Esta afirmación se encuentra en línea con el incipiente temor a que la tecnología pueda en algún momento substituir a los profesionales de determinados sectores. Incluso, Sam Altman, CEO de OpenAI, se aventuró a decir en una entrevista publicada por Stratechery que “solo necesitamos un poco más de tiempo” para que el trabajo de los programadores le ceda el paso a la IA, debido a la capacidad que tiene ChatGPT de escribir código de manera eficiente.
En lo referente a los futuros informáticos, Hinton razona que “posiblemente no sean buenas noticias para las universidades, pero sí para aquellos que están aprendiendo”. En su opinión, la tecnología podría dejar obsoleta la formación actual en informática. “Si un tutor privado es dos veces mejor, estos serán tres o cuatro veces mejores”, explica el Premio Nobel, consciente de la creciente predilección por los profesores personales. En este escenario, la IA podría ofrecer resultados mucho más personalizados para cada alumno.
¿Podrían la IA escribir su propio código?

Según Hinton, podría llegar el día en el que la IA escribiese su propio código
Ahora bien, hay un aspecto inherente al ser humano que la Inteligencia Artificial no puede equiparar, al menos de momento: el pensamiento crítico. En su teoría de las formas, Platón decía que la realidad solo puede ser entendida por la comprensión racional de formas e ideas universales y abstractas. En el terreno que nos ocupa, Hinton cree que, si bien no será preciso que los profesores enseñen informática, sí será necesario aprender a investigar.
La creatividad y la capacidad de razonar van de la mano en un mundo en el que la IA se ha abierto camino para quedarse. Y es importante preservar esas habilidades. En una entrevista para el programa 60 Minutes, el científico computacional expresa su preocupación ante una posibilidad alarmante. “Los sistemas de IA podrían escapar del control escribiendo su propio código informático para modificarse. Podrían manipular a las personas porque habrían leído todo lo que se ha escrito. Aprenderán de Maquiavelo, de política, de historia…”, analiza como si de una novela de ciencia ficción se tratase.
Sea como sea, lo cierto es que la tecnología avanza rápidamente, ofreciendo nuevas oportunidades y planteando desafíos que nos llevan hacia un futuro todavía por explorar.