Austria ha ganado el festival de Eurovisión con JJ, nombre artístico de Johannes Pietsch, y su balada sobre desamor Wasted love que fusiona ópera y pop, batiendo a Israel, que lideraba la tabla en un recuento de puntos de vértigo al combinarse las puntuaciones de los jurados nacionales y del televoto de cada uno de los 37 países participantes, de los que solo 26 compitieron en la final. Israel se mantuvo en cabeza hasta el último instante gracias al fuerte apoyo del voto de la audiencia.
JJ recibió 436 puntos, en la que es la tercera victoria de Austria en Eurovisión tras las de Udo Jürgens en 1966 y de Conchita Wurst en el 2014. Melody, representante de España con el electropop aflamencado Esa diva, quedó en antepenúltimo lugar con 37 puntos.
Un emocionado JJ subió a recoger su trofeo, el preciado micrófono de cristal, al escenario del St. Jakobshalle de Basilea, la ciudad suiza anfitriona que ha albergado la 69.ª edición del veterano festival de las televisiones públicas europeas y asociadas. “Quiero agradecer a toda mi familia y a mi equipo por ayudarme a cumplir mis sueños, y gracias a Europa también, vamos a repartir paz y amor por todo el mundo”, dijo el joven contratenor.
La plata de Israel se debió a los 357 puntos conseguidos por Yuval Raphael, que cantó la balada New day will rise, y el bronce fue para el estonio Tommy Cash y su canción paródica Espresso macchiato, que logró 356 puntos. Suecia, la gran favorita para el triunfo según las casas de apuestas, con una oda a la sauna entonada por el trío finlandés KAJ, tuvo que consolarse con la cuarta plaza.

Melody, durante su actuación en la final
La presencia de Israel en Eurovisión continúa generando controversia por la guerra en Gaza, y en esta edición produjo tensiones entre RTVE y la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del certamen. El sábado, la radiotelevisión pública española había sido interpelada por escrito por la UER a propósito de unas frases sobre muertes en la guerra en Gaza que pronunciaron sus comentaristas antes de la actuación de Israel en la segunda semifinal el jueves. La televisión israelí KAN se quejó a la UER.
“Podemos confirmar que hemos hablado con RTVE sobre este asunto y hemos dejado claro que se espera que los comentaristas mantengan la neutralidad en las retransmisiones del festival de Eurovisión”, dijeron fuentes de la UER a La Vanguardia. Como réplica a esta exigencia, al iniciar su retransmisión de la final, La 1 de TVE lanzó, sobre un fondo negro, el siguiente mensaje: “Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina”.

La israelí Yuval Raphael se alzó con la segunda posición y lideró el voto popular español
Por lo demás, fue una gala electrizante y excesiva, como son siempre las galas eurovisivas, presentada con solvencia y humor por Hazel Brugger y Sandra Studer, esta última representante de Suiza en el festival de 1991, a quienes se unió Michelle Hunziker, modelo, actriz y presentadora ítalo-suiza. En el suspense del recuento de puntos, Chanel, tercer puesto en el 2022 con SloMo, se encargó de anunciar los douze points del jurado español, que fueron para Suiza. El televoto español premió a Israel.
En la final escuchamos con placer la canción Lighter del representante de Noruega, Kyle Alessandro, de padre español y madre noruega. Y puntuaron en la parte alta del palmarés intérpretes del área mediterránea. Así, Italia, Grecia y Francia quedaron en quinto, sexto y séptimo lugar gracias a solistas: Lucio Corsi, Klavdia y Louane.
La estadística
Canciones en 20 idiomas, un récord
Una estadística muy celebrada de esta edición de Eurovisión es que ha habido canciones en 20 idiomas, un récord nunca antes registrado desde que en 1999 se eliminó la obligación de cantar en el idioma o idiomas de cada país. Eso propulsó el inglés en busca de audiencia internacional. En este 2025 hemos escuchado no solo español, italiano, portugués o francés –cuyos países tradicionalmente concursan casi siempre en sus lenguas–, sino también en armenio, georgiano, letón, serbio, sueco, ucraniano, lituano o polaco, entre otros. Los eurofans y la UER esperan que esta tendencia se consolide, como señal de la riqueza lingüística del continente.